Las olas no se guarnecen en su alto voltaje de luces y sombras, lloran a solas aunque bailen los peces donde le crecen las trenzas de gotas. Así como ellas, con valentía y un balín de sol controlan los ejes que se le tuercen al morir el día, he de controlarme yo. Tengo un paladar sensible, un arroyo de silencios y un estanque de palabras, que no dicen nada cuando más las expreso y al columpiarlas en verso ponen su acento y quedan tatuadas. La pulpa sensitiva que llevan bajo su ropa interior es una partitura que pasea a oscuras por cualquier cajón, más su tinta de amor en su tránsito de luna deja al aire la fortuna de su gran corazón. Cargo de paz el vuelo de mis ojos, y si te llego en enojo es que sin pensar me puse a pintar con colores bobos el tiempo corto donde lloro sin querer llorar. Como las olas agitadas, desiguales o matizadas, gritaré por lo alto cuanto te amo y hasta donde me alcanzas. Engullo la estela de alguna estrella que trajiste a mi cama, y huelo la sábana donde mañana quedará tu olor, así provocador, se hace real de tanto amar el sueño clon en el corazón que nos hace palpitar. Con un balín de sol y valentía controlaré la osadía que se porfía mi gran amor.
Esencia