Mi tallo gime las constantes vitales que agitadas salen a advertirme, y presta a rendirme cuando abres las calles de lo sublime, quedo estática en la enigmática nube de sensaciones, asomo a los balcones de tu iris, el increible temblor que me corre, el oboe que suena en mi periferia, y la estela de cosquillas a tu nombre. Mi tallo yergue su orgullo y ramifica, donde fructifica tu deseo sobre mí, sudando el elixir por los poros de la avenida que bajo mi piel aisla este imborrable sentir. Mi tallo crece donde tus manos lo labran, donde declaman tus ojos su pálpito, recorrido tántrico cosiendo fricciones, en las venas de las sensaciones que desangran lo mágico. Mi tallo se dispone, y mi raíz expande su savia sobre la tierra sagrada que bautiza el nosotros, para fundir en tus poros el suspiro que nos riega, y deshojar el poema que escriben nuestros ojos. Mi tallo tiene el verde del camino que persigues, es del firme paso que tu calzas, viste la palabra que más hondo te late, y no siente a más nadie que el sentir de tus entrañas.
Esencia
