Sujeta a la cadena que emperla el sentimiento, no miento si digo que es todo cuando preciso, su beso conciso, su abrazo a fuego, su calor de invierno a pies de chimenea, una rosa fresca y un sorbo de su café, un poema de ayer y otro, esperándome. Sujeta a las perlas que engarzan su vida donde late la mía y comulgan los sueños, donde seguimos creyendo en los Reyes Magos, donde aprieta el lazo las tapas del cuento, donde solo en mirarnos se hacen poemas, donde la alfombra se eleva más allá del milagro, sujeta al rosario con el que se reza, tan lejos, tan cerca que es absurdo pensarlo. Sujeta a las perlas ensambladas de adentro, donde caben a cientos las razones de amarle, donde todo me sabe a hogar y abrazo, donde todos los pasos van dejando su huella, sujeta a las perlas que él me dispone, donde se acomoda el donde que mejor respiramos, sujeta al suceso y a lo inesperado el mundo se me hace largo y él, él cada día está más dentro.
Esencia