Manten la llama de la primera sonrisa, la caricia innata del abrazo que precises, lo increible del sueño que te rima y la tinta que tu siempre necesite. Manten la fuerza vestida de alerta, la puerta abierta a los días de sol, el aroma en flor que tu alma lleva y la luna llena para noches de amor. Manten el paso en senderos verdes esperanzas fuertes donde el cansancio es más, la mirada vital latiendo en siempres y que el corazón se llene de Navidad. Esencia

miércoles, 27 de enero de 2010

REFLEXION: EL LADRILLAZO



Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en
su auto Jaguar S Type 2006, sin ningún tipo de precaución.
De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta,
se detuvo y, al bajarse, vio que un ladrillo le había
estropeado la pintura de su lujoso auto.

Se subió nuevamente, pero esta vez lleno de enojo,
dio un brusco giro de 180 grados, y regresó a toda velocidad
al lugar de donde vio salir el ladrillo que acababa de desgraciar
lo hermoso que lucia su exótico auto.

Salió del auto de un salto, y agarro por los brazos a un chiquillo,
y empujándolo hacia el auto estacionado le gritó a toda voz:
- ¿Qué rayos fue eso?, ¿Quién eres tu?,
¿Qué crees que haces con mi auto?".
Enfurecido, casi botando humo, continúo gritándole al chiquillo:

- ¡Es un auto nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a
costarte muy caro! Por qué hiciste eso?"

Por favor, señor, por favor. ¡Lo siento mucho! No sé qué hacer",
suplico el chiquillo. "Le lance el ladrillo porque Nadie se detenía..."
Las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras
señalaba hacia alrededor del auto estacionado.

Es mi hermano, le dijo."Se descarriló su silla de ruedas y se
cayó al suelo...y no puedo levantarlo".
Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo:
"Puede usted, por favor, ayudarme a sentarlo en su silla?
Está golpeado, y pesa mucho para mi sólito...Soy muy pequeño."

Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo
tragó grueso el nudo que se le formó en su garganta.
Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle,
levantó al joven del suelo, lo sentó nuevamente en su silla, y
sacó su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras
y la tierra de sobre las heridas.

Luego de verificar que se encontraba bien, miró al chiquillo, y este
le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie
Dios lo bendiga, señor...y ¡muchas gracias!, le dijo.
El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente
La pesada silla de ruedas de su hermano, hasta perderse en el camino.

El ejecutivo aún no ha reparado la puerta del auto, manteniendo
la hendidura que le hizo el ladrillazo, para recordarle el no ir por la vida
tan distraído y tan deprisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo
para que preste atención.

Dios normalmente nos susurra en el alma y en el corazón, pero hay veces
que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.

Tú escoges:
Escuchar el susurro... o el ladrillazo.

SACADO DE LA RED