Se desvive por ser sentido abriendo el rito de su perfume donde preludien los suspiros y sus anillos se descrucen. Sueña con el roce repentino del atino de tu mirada, con la clara luz del beso que al cielo apague lámparas. Desea vibrar como agua en la palabra de tu tacto, romper contratos al respeto con el derecho que lo firmamos. Aclama al sentir que sientes, y su serpiente serpea en fuego por los luegos que ahora pretende esta mujer que me hierve dentro. Cuerpo en alma a flor de piel, piel declarada a tocar tus labios, límites deslimitando las caricias que tímidas y atrevidas se abren paso.
Esencia